En Florida, ha comenzado un importante juicio para cuatro activistas vinculados al Partido Socialista Africano y al Movimiento Uhuru, acusados de operar como agentes no registrados de Rusia. Estas personas, incluido Omali Yeshitela, el presidente del Movimiento Uhuru con sede en St. Petersburg, enfrentan cargos de conspiración para defraudar a los Estados Unidos y de no registrarse como agentes de un gobierno extranjero. La acusación alega que sus actividades tenían como objetivo sembrar discordia política e interferir en las elecciones de EE. UU., actuando bajo la dirección del Kremlin. Este caso destaca las preocupaciones continuas sobre la interferencia extranjera en los procesos políticos de EE. UU. y los mecanismos a través de los cuales se ejerce tal influencia.
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